¿Cómo podemos ayudar a los jóvenes a aprovechar la tecnología para progresar?

Cuando la gente se entera de que me dedico a estudiar la cultura digital de los jóvenes, una pregunta que me hacen con frecuencia es: "¿la tecnología es buena o es mala para los niños?". Mi primera lucha es reencuadrar esa pregunta. La pregunta da por sentado que la tecnología es una cosa y que todos los niños la utilizan de la misma manera. La tecnología está hecha y moldeada por nosotros, y tenemos el poder de hacerla buena o mala. Yo prefiero la pregunta: "¿cómo podemos ayudar a los jóvenes a aprovechar la tecnología para progresar?” Los jóvenes no son víctimas pasivas de la tecnología ni adictos indefensos. Son creadores y agentes de tecnología con diversos entornos e intereses. 

Llevo casi tres décadas investigando cómo los adolescentes usan la tecnología, tanto en Japón como en los Estados Unidos, y noté que se desarrolla una dinámica intergeneracional similar con cada nueva ola de tecnología que los adolescentes adoptan y hacen suya. Los adultos se preocupan, los adolescentes experimentan y adoptan nuevas formas de utilizar la tecnología y, finalmente, los adultos empiezan a abrazar la cultura digital creada por los adolescentes. 

Celebramos a los titanes de la tecnología que empezaron sus imperios cuando aún estaban en la universidad. Lo que se aprecia menos son los ejemplos cotidianos de jóvenes de todo el mundo que aprovechan la tecnología de forma innovadora, autorrealizadora y progresista. El optimismo y la creatividad de la juventud son como la energía solar: se renuevan constantemente y están en gran medida sin aprovechar. Si somos capaces de reconocer sus diversas necesidades y puntos fuertes, podemos apoyar a los jóvenes como innovadores aprendices y creadores de cambio.

Innovación

A los finales de los '90, me sentaba en el tren subterráneo y recorría las calles de Tokio observando cómo los adolescentes utilizaban los teléfonos móviles. Mi equipo de investigación en la Universidad de Keio recopiló registros detallados de mensajes de texto y comunicaciones de voz de estudiantes de secundaria. Nos contaron cómo utilizan los mensajes de texto, los emojis, los teléfonos con cámara e Internet móvil. El resto del mundo se mostraba escéptico ante la posibilidad de que Internet móvil pudiera prosperar fuera de Japón. Pasó casi una década antes de que los mensajes de texto se convirtieran en algo cotidiano en los Estados Unidos. Nunca habría soñado que personas de todas las edades en todo el mundo se comunicarían con emojis y fotos de teléfonos inteligentes 20 años después.

Por aquel entonces, las personas mayores sacudían la cabeza cuando veían pasar caminando a los adolescentes mientras enviaban mensajes de texto. Los empezaron a llamar "nagara zoku" (la tribu multitarea) o "oyayubi zoku" (la tribu del pulgar). Los teléfonos móviles en manos de los adolescentes se convirtieron en un símbolo del declive de la cultura y las normas sociales. Los adolescentes, por su parte, se mostraron molestos con los adultos que no ponían su teléfono en modo silencioso y rebuscaban en sus bolsillos mientras sonaba. Desde que, a principios de los años noventa, las chicas de secundaria comenzaron a utilizar localizadores cuando andaban por la calle para enviarse mensajes de texto, los adolescentes japoneses han estado innovando en la comunicación móvil. Los proveedores de telefonía japoneses aprovecharon estas innovaciones de los adolescentes para crear nuevas tecnologías, como diversos servicios de mensajes de texto, emojis, teléfonos con cámara e Internet móvil.

Los adolescentes también crearon nuevas normas sociales al adoptar las nuevas tecnologías. Por ejemplo, consideraron que la antigua práctica de realizar una llamada de voz sin previo aviso era invasiva. Rápidamente desarrollaron una nueva norma social de "golpear antes de entrar". Cuando querían hablar, primero enviaban un mensaje de texto para comprobar si la persona estaba disponible. Porque su amigo podría estar en el transporte público, en clase o en cualquier otro lugar donde una llamada de voz puede resultar molesta. Se dieron cuenta de que si uno levanta el teléfono y llama a alguien cuando le conviene es una desconsideración hacia la persona que recibe la llamada.

Aprendizaje

Cuando los jóvenes experimentan, se movilizan e innovan, también están aprendiendo y desarrollando nuevas habilidades. Durante la secundaria, mi hija comenzó a participar en fandoms online de algunas bandas populares. Empezó a usar las redes sociales y a crear blogs para conectarse con otros fans, y rápidamente acumuló seguidores. Durante una semana especialmente complicada en la escuela, resolvimos juntas el problema de cómo gestionar el tiempo. "Creo que debería tomarme una semana sin escribir en el blog", sugirió mientras yo asentía. Cuando pasé a verla unas horas más tarde, estaba escribiendo en su blog y comencé a llamarle la atención gentilmente. "Mamá", interrumpió con un suspiro, "estoy poniendo en cola las publicaciones para no perder seguidores durante la semana que me tomo libre". De alguna manera, se había vuelto más experta en gestionar las redes sociales que su madre, que se autodefine como una intelectual pública con fluidez digital. 

Estas habilidades de comunicación y gestión de redes son solo un par de las muchas competencias que adquieren los jóvenes a través del aprendizaje impulsado por el interés y la conexión social usando la tecnología. Lo llamamos "aprendizaje conectado": cuando los jóvenes aprenden como un subproducto de la diversión, la creación y la organización junto con otros entusiastas. Desde los escritores de fan fiction que crean nuevas narrativas juntos, hasta los jugadores que elaboran estrategias y comparten consejos, o los bailarines que comparten y aprenden de los videos online, los grupos de afinidad online siguen estimulando el aprendizaje de manera social y apasionada.

Hacer un cambio

Cuando los jóvenes aprenden y se organizan juntos online, no todo es diversión y juegos. Sus habilidades digitales han impulsado movimientos sociales que cambiaron el mundo. En la universidad, mi hija se unió al Percentage Project, que utiliza las redes sociales para crear conciencia sobre la experiencia de los grupos menos representados en los programas de informática. También ayudó a iniciar la publicación de una serie de vídeos online, Decrypted By Us, que destacan la experiencia y las perspectivas de las mujeres y las minorías en la tecnología. Tras el tiroteo en Stoneman Douglas High School, vimos cómo una coalición multirracial de adolescentes impulsaba el movimiento March for Our Lives. Los adultos se quedaron sorprendidos por su habilidad con los medios de comunicación y sus rápidas respuestas a los políticos y a los detractores en las redes sociales. Los jóvenes armados con los medios sociales y móviles han estado en el corazón de muchos movimientos progresistas, ya sea Black Lives Matter, Dreamers o el activismo climático.

Estos usos progresistas de la tecnología no ocurren por sí solos. Detrás de todos estos ejemplos positivos hay poderosas plataformas que les permiten conectarse, crear y comunicarse. También son esenciales los adultos, las organizaciones y las coaliciones que les han dado a los jóvenes el espacio y el apoyo para ampliar su optimismo y su potencial progresista.

Hace muchos años, cofundé una organización sin fines de lucro, Connected Camps, dedicada a apoyar a los estudiantes universitarios para que sirvan de mentores a los niños a través de plataformas populares de juegos digitales. Somos solo una de la creciente legión de organizaciones que apoyan el liderazgo de los jóvenes para lograr un cambio positivo. Creemos que la mentoría centrada en causas e intereses compartidos puede cambiar vidas y el mundo. Independientemente de si eres un padre, un educador, un empleador o un compañero entusiasta, todos tenemos un papel que desempeñar a la hora de alimentar el poder y el potencial de los jóvenes.


Mimi ha dedicado tres décadas a observar cómo los niños y los adolescentes interactúan con la tecnología. Conoce por qué cree que todos tenemos un papel que desempeñar para fomentar el potencial de los jóvenes y por qué es tan optimista respecto a su futuro.