La cuarentena por coronavirus o el cibercrimen: ¿Cuál es la mayor amenaza para las empresas?

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La pandemia ha sido causa de muchos golpes a las empresas alrededor del mundo. Las cuarentenas regionales o nacionales han forzado a los negocios a adaptar rápidamente sus operaciones, y en muchos casos, a cerrar por completo. Sumado a esto, el movimiento masivo hacia el trabajo remoto ha dejado a los sistemas de las empresas y los equipos de sus empleados en un gran riesgo, con trabajadores remotos más vulnerables al cibercrimen.

Como parte de la reciente investigación global sobre tecnología financiera, ESET examina las actitudes y perspectivas de los líderes de negocios y les pregunta qué es lo que ellos ven como la mayor amenaza a la seguridad de las finanzas de los negocios en los próximos seis meses: ¿La imposición de otra cuarentena o el cibercrimen?

Si bien en la superficie puede parecer que una nueva cuarentena representaría la mayor amenaza, que detiene la capacidad de las organizaciones para hacer su trabajo y obstaculiza el acceso a los lugares de trabajo, el cibercrimen puede ser igualmente preocupante, ya que el 42% de los encuestados afirma que tanto las cuarentenas como el delito cibernético son iguales en el nivel de amenaza. El cambio repentino al trabajo remoto trae consigo una serie de posibles problemas de seguridad, ya que los empleados están trabajando desde varias ubicaciones, en una serie de redes y dispositivos, sin acceso a los departamentos de Tecnología Informática (IT) y fuera de los controles de seguridad en de los establecimientos de la empresa.

Tan solo en Londres, durante el primer mes de cierre se registró un aumento del 72% en las pérdidas financieras derivadas del ciberdelito, ya que los delincuentes aprovecharon el cambio al trabajo desde casa. Es probable que Londres no sea la única capital financiera que se enfrente a una creciente amenaza de ciberdelito. En tiempos de crisis, los ciberdelincuentes seguirán explotando el comportamiento humano, y una red débil y potencialmente desconectada está lista para ser atacada.

Quizás como era de esperar, la investigación de ESET reveló una variación en las respuestas según el tamaño de la empresa y la industria. Sectores como el comercio minorista y la hotelería han sido algunos de los más afectados por los cierres físicos, pero también son objetivos atractivos para los ciberdelincuentes debido a sus bases de datos ricas en información confidencial de los clientes. Los encuestados que trabajan en funciones de logística o ingeniería fueron los más propensos a seleccionar el ciberdelito como la mayor amenaza, mientras que los encuestados en ventas fueron los más propensos a creer que la cuarentena es la mayor amenaza.

Tampoco se puede negar que las empresas con bolsillos más abultados están más equipadas para capear la tormenta relacionada con COVID-19 desde una perspectiva financiera. Sin embargo, una posible filtración de datos como resultado de un ciberataque podría resultar fatal tanto para la reputación como para la recuperación de empresas de todos los tamaños. Las empresas con entre 250 y 499 empleados tienen más probabilidades de ver el ciberdelito como una amenaza mayor, en comparación con las empresas que vieron una cuarentena por coronavirus como una amenaza mayor, que fue más alta en empresas de 2 a 9 empleados. Esto probablemente podría reflejar el costo que COVID-19 ha tenido en las pequeñas empresas, que tienen menos recursos a su disposición para lidiar con los cierres y las restricciones físicas cambiantes.

Puede que no estemos allí todavía, pero a medida que el mundo intenta avanzar hacia la recuperación económica, está claro que las cuarentenas y la amenaza del ciberdelito van de la mano. A medida que las empresas navegan por las restricciones físicas en constante cambio de COVID-19, también deben navegar por un panorama de amenazas en evolución donde el ciberdelito financiero está aumentando. Ahora, más que nunca, las empresas necesitan invertir en soluciones que mantengan a sus empleados y operaciones seguros y protegidos, sin importar la industria, el tamaño o la ubicación.