Decir que los eventos del 2020 moldearon las prioridades de los negocios sería poco decir. Las organizaciones alrededor del mundo han tenido que cambiar su forma de trabajar, algunas se han adaptado a una situación sin precedentes de forma inmediata. La digitalización se ha acelerado, el comercio se ha movido al mundo en línea, y millones de empleados han tenido que dejar la oficina para trabajar desde casa. Pero ¿qué significa todo esto para el 2021 y, mirando más allá, el mundo post-COVID?
La tecnología claramente ha jugado un rol importante al permitirles a las organizaciones adaptarse a las regulaciones del COVID-19. Muchos negocios se apoyaron en la tecnología como nunca, procesando transacciones exclusivamente en línea, conectándose con sus empleados de forma remota, y comunicándose con clientes virtualmente. Como era esperable, estos cambios pusieron el foco en la tecnología financiera (o FinTech) a medida que las organizaciones comenzaron a manejar sus finanzas desde casa. Desafortunadamente, todos estos cambios trajeron grandes riesgos en ciberseguridad como nunca, y el 81% de los negocios líderes concuerdan con el hecho de que el COVID-19 ha incrementado su necesidad de mejorar la seguridad de sus finanzas.
Esta necesidad, aunque intensificada por las cuarentenas en todo el mundo, continuará incluso mientras el mundo apunte a recuperarse de los impactos económicos de las medidas COVID-19. Para muchas empresas, las FinTech pueden ayudar a impulsar la rentabilidad de sus negocios mientras navegan por el indudablemente peligroso viaje hacia el mundo posterior al COVID. Si bien es difícil predecir cómo será el mundo en el futuro, hay algunas señales de lo que puede suceder. EL trabajo remoto, para cientos de organizaciones, llegó para quedarse, ya sea como único modo de trabajo o como parte de un modelo híbrido, por lo que continuaremos viendo un mayor uso de la tecnología. Es poco probable que la digitalización retroceda de manera importante, ya que los líderes empresariales continúan impulsando el progreso a través de nuevas innovaciones.
En esta situación emergente, las organizaciones están buscando más soluciones FinTech para administrar, optimizar y consolidar sus finanzas. La encuesta global de FinTech de ESET encontró que el 68% de los líderes empresariales esperan que la inversión de su empresa aumente en cierta medida, y más de una cuarta parte (27%) espera que esta inversión aumente enormemente. Es probable que esto aumente el uso de las soluciones FinTech que ya son populares, como los procesadores de pago en línea y la contabilidad en línea, junto con la adopción de soluciones que se adoptan menos ampliamente. Con el COVID-19 potencialmente dejando un legado de restricciones continuas, los pagos transfronterizos en línea pueden volverse mucho más populares, así como los bancos sin sucursales y la gestión del flujo de caja en línea. La adopción de algunas de estas soluciones permitirá a las organizaciones administrar sus finanzas de forma remota, en lugar de estar atadas a una ubicación determinada.
Desafortunadamente, a medida que cambien las prioridades de las empresas, también lo harán las amenazas a las que se enfrentan. Después de las primeras cuarentenas por COVID-19, más procesos comerciales pasaron a ser en línea, especialmente procesos financieros, y con ello una gama más amplia de formas para que los actores maliciosos ataquen a las compañías. Puede ser más fácil adoptar aplicaciones FinTech en lugar de administrar las finanzas en persona, pero mantener estos sistemas seguros trae nuevos desafíos. Uno de estos desafíos es la seguridad de los datos, ya que el 10% de los gerentes encuestados piensa que las soluciones FinTech como los bancos sin sucursales y los préstamos en línea hacen que los datos de las empresas sean menos seguros. Este puede ser un riesgo particular en el futuro, ya que los líderes empresariales se adaptan rápidamente e implementan nuevos procesos financieros que pueden no comprender completamente. Las aplicaciones FinTech deben diseñarse teniendo en cuenta la seguridad, pero si los responsables de la toma de decisiones no aprecian el valor de la seguridad, pueden estar poniendo en riesgo a sus organizaciones.
Ya sea que aumenten o no el uso de FinTech, las empresas deberán priorizar la ciberseguridad para salvaguardar la recuperación posterior al COVID-19. Muchos parecen dispuestos a adoptar la innovación con una gama de soluciones FinTech, desde bancos sin sucursales hasta gestión del flujo de caja en línea, como parte de su hoja de ruta para el futuro. Con las herramientas FinTech adecuadas y debidamente protegidas contra las amenazas informáticas, las organizaciones estarán mejor posicionadas para adaptarse y transformarse de cara a un futuro incierto.