Una VPN actúa como intermediario entre tu dispositivo (computadora, smartphone o tableta) e internet. Cuando te conectas a una VPN, tus datos de internet son encriptados por el cliente VPN y viajan a través de un túnel encriptado especial hasta el servidor VPN. El servidor VPN desencripta los datos y envía una solicitud al servidor de destino donde se encuentra el sitio web. Los datos luego viajan de vuelta en la dirección opuesta de la misma manera. Esto crea una conexión privada y segura a internet. Tu dirección IP real permanece oculta y navegas por internet con una nueva dirección IP proporcionada por el proveedor de VPN.
¿Vale la pena usar una VPN integrada en el navegador?
Algunos navegadores web tienen su propia función de VPN integrada (por ejemplo, Opera o Firefox). Por lo general, puedes encontrar esta función en la configuración del navegador, dentro de la sección de privacidad y seguridad. Después de habilitar la VPN en el navegador, aparece un ícono en la barra de herramientas. Al hacer clic en el ícono, se abre una ventana para la conexión y la selección del servidor.
Ten en cuenta que las extensiones de VPN en los navegadores proporcionan protección solo para la actividad del navegador. Si deseas asegurar todo el dispositivo y el tráfico, se recomienda usar una aplicación VPN independiente o una VPN integrada en todo el sistema operativo.
Muchas de las extensiones gratuitas de VPN integradas suelen ser bastante limitadas. Por ejemplo, ofrecen solo unos pocos servidores, limitan la velocidad máxima o el número de usuarios conectados a un servidor. En la oferta del navegador, generalmente encuentras la opción de cambiar a una versión de pago, que elimina estas limitaciones.